Hace unas cuantas semanas, cuando Delta
Machine no era más que una amalgama de suposiciones y deseos musicales,
casi, casi, casi habría apostado uno de los ocho dedos de cada una de mis diez
manos que el resultado final de este esperadísimo trabajo de Depeche Mode bien hubiera podido estar
firmado por una formación denominada algo así como “VCMG & The Soulsavers”,
o bien, “Vince Clarke & The Soulsavers”, debido a las influencias
que hubieran podido tomar prestadas de las colaboraciones de Martin Gore con Vince Clarke y de Dave Gahan
con Soulsavers.
Nada más lejos de la realidad, y es
que mis pensamientos y augurios catastróficos, debidos a sus últimos trabajos,
me impedían tener fe, esa de la que ellos tantas veces nos han hablado en sus
canciones, al respecto del trabajo que nos iban a presentar.
Hay tantas y tantas cosas a destacar
en él…………..
Para empezar, la voz del Sr. Gahan. Brutal e impresionante sin
ningún género de duda. Se nos presenta como un auténtico catálogo de giros y
estilos vocales impecables y como el verdadero elemento sorpresa del disco ya
que, si bien ya estamos acostumbrados a su progresión vocal, aquí nos demuestra
que su capacidad evolutiva y perfeccionista no tiene límite.
No es solamente el Front Man, no es solamente el cantante, sino que es el complemento
perfecto, ahora más que nunca, a un conjunto de melodías heterogéneas pero nada
caóticas, al contrario que en otros trabajos, y más que correctas en cuanto al
enfoque final del disco.
En su haber, además, está el ser
compositor, junto con Kurt Uenala,
de unas de las grandes joyas de este trabajo: Broken y Should
Be Higher. Siendo además para el que suscribe, dos de los mejores
cortes registrados en el disco.
Martin
Gore, más que proponernos en Delta Machine una colección de
ataques indiscriminados a base de elementos de electrónica musical analógica,
como yo imaginaba (¡¡¡pero mira que llegas a ser tarugo a veces!!!), nos
sumerge en un montón de laberintos acústicos con recorridos inesperados y finales
insospechados.
Por mucho que digan ciertas críticas,
mi sensación es que después de tantos años su capacidad creativa todavía juega
con grandes elementos sorpresa y, sintiéndolo mucho por sus detractores, cuenta
con tanta o más frescura que al principio de su carrera musical.
En esta última entrega hace que Depeche Mode suene a muchas cosas,
incluso, al escucharlo de principio a fin establezco ciertas similitudes o
evoco anteriores trabajos, incluso casi los más lejanos en el tiempo, que hacen
que encuentre totalmente recuperada la esencia de la formación, dejada algo de
lado en más o menos recientes épocas pasadas.
Deja la vertiente rockera de lado, muy a mi pesar,
dirigiendo miradas a unas elegantes y más que correctas fusiones (que no
confusiones) de estilos con los que consigue un producto atrevido, lleno de
personalidad y como ya he sugerido antes, lo encuentro también lleno de sorprendentes
guiños al pasado.
Desde hace muchos años, desde que
presentaron Ultra, vaya, que no celebraba tanto la salida al mercado de un
disco de estos señores. Ni mucho menos es su mejor trabajo, ni es ni será el
más emblemático y tampoco ninguno de sus temas lo veo como para posicionarse
como uno de los grandes himnos de la formación, pero lo que sí que tengo muy
claro es un disco coherente, representativo, notable y que va a ser bien
recordado en el futuro por los incontables seguidores del grupo por el buen
sabor de boca que nos va a dejar.
De los 13 temas que componen Delta
Machine no creo que fuera capaz de deshacerme de ninguno de ellos a
pesar de que, como todo el mundo, tengo mis preferencias. Should Be Higher y Soothe
My Soul, seguidos muy de cerca por Goodbye y Broken, son para mi gusto
los temas más sobresalientes. Luego podría ir añadiendo Alone, Angel,
Slow,
Heaven
y The
Child Inside. Un Welcome To My World del que me
sobran unos cuantos segundos iniciales que se me hacen inaguantables, pero con
un estribillo y clímax buenísimos, y un Soft Touch/Raw Nerve que a mi modo
de ver, gana muchos enteros en directo y en el que en el disco abusan
excesivamente de estridencias y monótonas excentricidades electrónicas,
seguirían después, terminando con Secret To The End y My
Little Universe, como cortes de menos peso pero no por ello
desechables.
Con Ben Hillier una vez más al frente del equipo de estudio, y con el
grupo más metido de lleno que en los últimos trabajos en el proceso creativo,
hay que destacar la figura del Sr. Mark
Ellis, el gran Flood, que ha vuelto a colaborar muchos años después y que sin
duda ha sido uno de los elementos clave en el sonido final del disco.
Ahora solo cabe esperar la salida de
los siguientes singles y que salgan a la carretera. La gira, y lo digo con todo
el convencimiento del mundo, se me antoja como una de las grandes. Ellos ya
están curtidos en estos quehaceres y, con las sensaciones que nos han
transmitido en las dos presentaciones que ha habido del Delta Machine, no me cabe
duda de que habrá una buena selección de canciones en el Set List, tanto del actual disco como de pasados trabajos. Prueba
de todo ello es que, dejando gustos personales de lado, han trabajado en dar
toques nuevos a temas antiguos y han rescatado canciones representativas como Barrel
Of A Gun y Only When I Lose Myself, las cuales no creo que sean las únicas
sorpresas.
En definitiva, un buen disco. En
definitiva, Depeche Mode.
DEPECHEROS SALUDOS OCHENTEROS
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