jueves, 23 de octubre de 2008

Rancio

En mas de una ocasión, y no sin cierta nostalgia, os he hablado de la Barcelona Pre-Olímpica. Sin duda, no me canso de repetir de que aquella Barcelona me gustaba más... Era menos artificial, menos prefabricada, más auténtica, y si quereis, incluso mas rancia. Conservaba esa aura y ese aspecto de ciudad histórica, mística y portuaria, cosas que, en la actualidad, han desaparecido casi por completo.

Y si en algún momento cierro la boca, es el estómago quién habla por mí...

Alguien que llegó a mi vida no hace mucho, provocando que mis pulmones pudieran coger aire de nuevo, y después de leer antiguos escritos míos, me preguntó que era El "Agüelo"... ¿Como explicarle las sensaciones que me invaden al recordar lugares como ese?... Sin duda, hay una palabra, que lejos de ser malsonante, es un fiel reflejo de lo que recuerdo, y porque no decirlo, de algo que me gustaba....

RANCIO

Los Barceloneses que me leeis, y si sois mas o menos de mi "quinta", recordareis sin duda a una "Avenida de la Luz" bastante degradada, pero dentro de ella, cosas verdaderamente auténticas: Esos bares rancios, lugar de habitual reunión de parroquianos de toda la vida y de nuevas tribus urbanas de la época durante los fines de semana, los puestos ambulantes de venta de Cintas de Cassette portadoras de conciertos mas o menos audibles de los últimos grupos que habían actuado en "Zeleste", "Studio 54" o en el Palau D'Esports de la Calle LLeida, incluso a docenas de Punks sentados en el suelo inhalando pegamento y delirando canciones de Sid Vicious y Johnny Rotten, músicos callejeros y demás fauna autóctona del lugar y época.

Pues a mi, cosas como esas, me provocan nostalgia. Y ojo, no soy precisamente de los que le gusta vivir en un mundo degradado, ni mucho menos, pero para mi, esos, son recuerdos entrañables.

El "Agüelo", gran taberna situada en el corazón de la hoy cosmopólita Calle Avinyó, era otro de esos lugares entrañables... Su vino peleón, su decoración y sus embutidos rancios... ¡Ojo!... Y no todos... Sus Choricitos Flameados podrían haber dado la vuelta al mundo como uno de esos grandes manjares, de los cuales ningún mortal hubiera tenido que prescindir de catar en alguna ocasión de su vida. Sin duda, uno de esos sabores que jamás se olvida.

¿Y que decir de la Calle de la Mercé?... Chatear: es una especie de verbo totalmente desvirtuado en la actualidad debido a las nuevas tecnologías y medios comunicativos, pero que en épocas pasadas y a las cuales me refiero en este Tema y en este Blog, adquirió una dimensión muy distinta y mucho mas gratificante. No hablo de los "Chats" con los que las nuevas generaciones han nacido y son usuarios, no, sino al gran placer de ir de bar en bar tomando "Chatos de Vino" con sus correspondientes tapitas.

Dicha calle, estaba llenita a más no poder de "garitos" dedicados a difundir la cultura y el arte de poder disfrutar de un vino peleón junto con una tapida... ¿De qué?... Pues ahora mismo me viene a la memoria uno que te ponían un pincho de Jamón Canario con un trocito de patata hervida; buenísimo, de veras. Pero vaya, que habían lugares para todos los gustos, tapas de pescado de playa, de mariscos, embutidos, sidrerías... ¡Huy esas sidrerías!... Una botellita con una tapa de Morcón, y os aseguro que vuestra concepción de la vida cambiaba radicalmente a mejor.

Y también estaba el Café París, el Museo del Vermut, Mantequerías Arias, y tantísimos y tantísimos lugares más, que se fueron difuminando con el paso del tiempo y del "progreso". Y con ánimo de seguir en otra ocasión recordando la década de los ochentas, os mando...


Rancios y Nutritivos Saludos Ochenteros.

5 comentarios:

Ami dijo...

Bueno yo en Barcelona he estado menos de 48 horas y te juro que me senti andando por el Monopoly. Mi Monopoly era el de las calles de Barcelona y en el excaso paseo que me di después de pasar por dos calles de mi Monopoly me dije, coño ahora toca la calle de Aribau... Os juro que cuando levanté la mirada y busqué el nombre de esa en la que estaba allí ponía calle de Aribau... De el Agüelo puedo decir poco a no ser que inventen un Monopoly de bares, que tampoco sería mala idea...

Unknown dijo...

Hola...

Yo no jugaría contigo al Monopoly, ya que querrías jugar de banca y me desplumarías, fijo...

Y con respecto a un Monopoly de Bares... ¿Te das cuenta del país donde estamos?... Tendría que ser un Monopoly kilométrico.

Unknown dijo...

Abrazos... Por cierto.

Ana dijo...

El agüelo! jajaja! Me lo has hecho recordar en la época que iba de tascas.
También Zeleste, qué gran sala para conciertos...y Estudio 54 ideal para bailar incluso música en directo como la de Guru Josh y otros de estilo dance de la época. Tenía hasta el carnet de socio, jejeje lástima que esa época terminó.
Me voy a por un kleenex!
un abrazo

Unknown dijo...

Hola...

Por suerte todavía nos quedan algunas cosas... La Moritz, Els Tres Tombs, La Oveja Negra, El Margarita Blue... Aunqué... ¡¡¡Ojo!!!... Sus Cocktails ya NO son los de antes... Grrrrrrrrrrr

Un abrazo.