LOS RELOJES DE PULSERA DIGITALES
En un principio, constituyeron el objeto del deseo de muchos, lo cual, era normal ya que representaron una gran novedad y una innovación nunca antes conocida. Pero en poco tiempo perdió su encanto debido a su masificada comercialización, la cual, y gracias a la gran rotación de producto que había, derivó a que cualquiera podía conseguir uno de ellos incluso a precios ridículos para la época.
Los había de todos los tipos, formas, colores, marcas, con despertador, con cronómetro, etc, vamos, auténticas maravillas de la técnica para que cualquiera, fuera cual fuera su status, pudiera lucir uno en su muñeca, cosa que además, y dada la época en la cual iniciaron su auge, contrastaba muchas veces con la bisoñez del portador del elemento, es decir, que veías a una persona anclada en el pasado, con atuendos con un olor a naftalina que echaban para atrás, pero con su magnífico y flamante reloj Casio o Seiko digital en su muñeca. Sin duda, fue el toque futurista que tuvimos en aquellos momentos justo cuando todavía no se habían reemplazado la mayoría de los televisores en blanco y negro.
También supuso otro gran descubrimiento: Las pilas de litio, encargadas de alimentar a dichos relojes, calculadoras y otros dispositivos que por aquel entonces se empezaban a poner a la orden del día. A pesar de su reducido tamaño, las habían de varios diámetros, grosores y por supuesto marcas, también desconocidas para todos nosotros hasta el momento; pero a pesar de ello, todas, todas, absolutamente todas, tenían algo en común: Y es que cuando nos disponíamos a reponer la pila gastada, ya fuera del reloj, calculadora, etc, siempre, siempre, siempre se nos resbalaban de los dedos una y otra vez hasta que el ingenio nos obligaba a buscar una solución a tal desastre.
Otros elementos de los relojes que merecen un capítulo a parte, son las correas plástico con las cuales te venían de origen: Si no te saltaba un pasador, se agrietaba, se rompía enseguida o se descomponía el cierre, o en el peor de los casos, las cuatro cosas a la vez.
Pero poco después de invadir los escaparates de las tiendas, y sin todavía haber sido asimilados por el gran público, y creyendo nosotros los pobres mortales, que el ingenio científico había llegado al límite, otro elemento similar, que seguramente había sido descubierto por los astronautas gracias a algún viaje por el espacio en alguna civilización lejana mucho mas avanzada, nos pusieron ante los ojos otro tipo de ornamento para nuestras muñecas:
EL RELOJ DIGITAL CON CALCULADORA
Era un aparatito prácticamente inutil, solamente superado por las licuadoras y los limpia - zapatos eléctricos, que justo debajo del display (pantalla) incluía un teclado numérico compuesto por tantas teclitas de goma como números y operaciones básicas nos permitía realizar.
Mientras nosotros los mirábamos perplejos en los escaparates, o buscábamos una fórmula que nos permitiera usar con éxito su prácticamente microscópico teclado, seguramente, algunos extraños seres con tres ojos, dos narices, orejas en la rabadilla y totalmente asexuales se desternillaban como locos gracias a la ocurrencia que tuvieron de enviarnos a la tierra tal inútil artefacto, como gesto de buena voluntad y de intercambio de grandes avances tecnológicos. Quiero, espero y deseo, que tal intercambio con los terrícolas fuera debidamente correspondido por nuestra parte con algo tan verdaderamente inútil como... ¿Un abridor de ostras?... ¿Un showview?... ¿Un protector de mando a distancia?...
Sin duda, los seres humanos somos previsores y para prevenir cualquier eventualidad hacia este último respecto (otro hipotético intercambio tecnológico con civilizaciones lejanas), hoy día ya tenemos nuestro gran elemento a ofrecer: ¡¡¡EL MANDO A DISTANCIA UNIVERSAL!!!; pero de él hablaré dentro de 20 años.
Saludos
5 comentarios:
Me has hecho recordar una cosa de mi infancia. Cuando mi hermano me regaló mi primer reloj. ¡Un reloj digital! Le tenía muchísimo cariño. Era pequeñito, de color azul y con correa metálica..bueno de verdad.. y tenía luz,marcaba la fecha y la hora. También tenía cronómetro. No sé qué habrá sido de él. ¡Lo había olvidado completamente!
El reloj digital con calculadora jamás lo llegué a ver (menos mal). La primera vez que lo veo es en tu blog y me he hartado de reir.
Esa moda de los relojes digitales ya pasó. Se vuelven a llevar los de agujas, pero eso sí, con pila de litio. Los de cuerda manual casi no se llevan, aunque aún existen.
Hasta pronto
Hola Ana...
Puffff..... Y los de la calculadora se quedaron cortos al lado de otros que salieron posteriormente, los cuales eran un verdadero insulto a la inteligencia humana:
Juegos ( que aún, aún,...), varias alarmas distintas, pero claro, sin los sistemas actuales de polifonía, etc (la Pantera Rosa, Super Detective en Hollywood, presuntas imitaciones al canto del gallo, etc), radio (que si separabas tu muñeca 10 cm del oido, no distinguías nada mas que algún sonido similar al de un sapo croando), linterna (si, capaz de alumbrar una quirófano para poder realizar una operación de microcirujía) e incluso, con un pequeño multiusos que disponía de tijerita y lima... ¡¡¡Toma ya!!!
Pero estoy seguro que todos estos no vinieron del espacio exterior, no. Seguramente todos estos ingenios formaron parte de algún tipo de complot judeo-masónico para aborregarnos mas.
¡Ah! y se me olvidaba, también sacaron bolígrafos (imitación de marcas de renombre: Cross, etc), los cuales en la parte superior disponían de una pequeña pantallita, la cual era... ¡¡¡Un maravilloso y sensacional reloj digital!!!
Como diría mi adorado Ford Fairlane: ¡¡¡Increible ble!!!
Un abrazo.
Suerte que no llegué a ver esos artefactos..todavía tendría pesadillas..
Hola...
Pues si que tienes razón con lo que dices de las alarmas de esos relojes, eran infalibles y efectivas, si.
Lo que encuentro que el "boom" de esos cacharritos en la época fue demasiado desmesurado. Bueno, en realidad todo lo era, incluso había quién cambiaba su Rhodes por un Casiotone...........
Un abrazo.
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