Que no, que no, que no... Que esta vez tampoco voy a hablar de la gran obra del Sr. Francis Veber. ¿Debería hacerlo? Pues no, aquí por lo menos no, ya que no corresponde a la época que este humilde tenderete pretende exponer.
Si echamos la mirada atrás, hace casi dos años escribí esto...
Digamos que en esa entrada hice merecedor al Sr. Ian McCulloch, Alma Mater del grupo Echo and the Bunnymen, de una invitación a una supuesta Cena de los Idiotas.
Y es que este señor se está ganando una invitación perpetua a este tipo de eventos. ¿Por qué? Pues sencillamente porque es un auténtico bocazas. Veréis, yo soy catalán de nacimiento y residencia y de descendencia (junto con la aragonesa, esta última), pero gracias a mi señora, también gallego de adopción y de corazón. Bueno, pues como casi todo buen gallego, ojeo y leo a diario las páginas del diario "La Voz de Galicia" donde, el pasado día 3, me encuentro con esto:
Os aseguro que merece la pena leerlo.
¿Futuro?... ¿Pero de qué futuro me está hablando el Señor Soplagaitas (que no Gaitero) este?... ¿Cómo es posible que un personajillo que se va arrastrando por los escenarios quiera erigirse como una figura, aún hoy en día, emergente y representativa del Rock actual y del futuro?...
Esto es de locos. ¿Es lícito vivir de rentas? Por supuesto que sí, hay muchos artistas que lo hacen; unos lo llevan mejor y otros peor, a unos me/te/le/nos/os/les gustarán más o menos, pero lo que no puedo admitir es toda esta serie de desvaríos y delirios de grandeza a los que este musiquillo nos empieza a tener acostumbrados.
El exacerbado egocentrismo del que hace gala no es nuevo. Puede ser que para un profano en la materia haya detalles que pasen desapercibidos, pero yo, sin ser un grandísimo experto, solamente lo justo, me niego a pasar por alto toda esta serie de estupideces sin decir nada sobre ello, y es que por lo que a mí respecta, cada vez que este individuo abre la boca, no es que suba el pan unos céntimos, no, es que directamente echa a perder la cosecha mundial de trigo de un lustro entero.
En fin Sr. McCulloch, que cuando a usted le apetezca queda invitado a una cenita donde podrá dar rienda suelta a todas sus herejías cómicas sobre su status dentro del mundo del Rock. Una vez más, teniéndole a usted como invitado particular, apuesto a caballo ganador.
PRE OTOÑALES SALUDOS OCHENTEROS.